Ecología,
Economía y Etica del Desarrollo Sostenible
Autor: Eduardo
Gudynas
Editorial
Coscoroba 2004
América
Latina posee una enorme riqueza ecológica en ambientes que van desde hielos
continentales a selvas tropicales. Esos recursos naturales se encuentran bajo una
intensa explotación desde hace mucho tiempo, en especial por los usos mineros,
agrícolas y ganaderos, que siguen siendo componentes claves en las economías nacionales.
Paralelamente
ha crecido la preocupación frente a los impactos naturales, y
de esta manera se han generado fuertes tensiones entre las necesidades ambientales
y las demandas por el aprovechamiento económico.
La crisis
que se viven en
estas naciones acentúan las contradicciones, donde el contexto generalizado de pobreza y
endeudamiento en muchos casos alimenta estrategias de desarrollo que
profundizan los impactos económicos, con dudosos resultados sociales y
ambientales.
En
circunstancias de ese tipo hace ya muchos años surgió la discusión sobre el “desarrollo
sostenible”, un par de palabras que se han popularizado en los últimos años,
generando diversas corrientes y posturas distintas. Hoy por hoy se invoca al “desarrollo
sostenible” de las más variadas formas, tanto en el plano ambiental como en el
económico, tanto en un barrio como en documentos gubernamentales.
Se
consideran las relaciones entre conceptos que provienen de diferentes campos,
como la ecología y la economía, y la forma en que se relacionan en las
discusiones sobre el desarrollo sostenible.
En esos
debates, como se verá, una y otra vez
surge la problemática de los valores, y es justamente la ética la que ofrece las mejores opciones para salir del
laberinto. Es importante advertir desde un inicio que se usarán indistintamente los términos
desarrollo sustentable, sostenido o sostenible, ya que las claves están en las
concepciones por detrás de las palabras.
La
elaboración de nuevas estrategias que apelan a la sustentabilidad deben
reconocer las
limitaciones de la ciencia tradicional, y moverse en un ámbito de
incertidumbre, de donde
será necesario atender los componentes éticos y políticos.
Esto
convierte al desarrollo sostenible en una empresa de construcción continua que, desde los valores, debe
asegurar una discusión abierta y plural, y por lo tanto política.
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